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/Destino nacional/ la acción del hombre.

bo hombres y mujeres que dejaron su salud, Y, además, Ponferrada
y algunos su vida, para el bienestar de otros. El punto final de este recorrido (mejor habría
Aquella lucha sigue hoy dirigida a impedir la que decir el punto y seguido ya que El Bierzo
desaparición de lo que ha sido la historia de y León tienen aún más cosas que ofrecer)
estos pueblos, conservando un patrimonio es la capital de la región, Ponferrada, escala
pasado y mostrando a todo aquel que lo de- imprescindible en el Camino de Santiago,
see una realidad ya desaparecida y que ha for- que tuvo un pasado brillante, tiene un presen-
mado parte de la cultura de nuestros pueblos te dinámico y proyecta un futuro prometedor.
mineros. Del pasado guarda un testimonio especta-
cular de cuando fue propiedad y sede de los
La reina de las minas Caballeros Templarios; con 8.000 metros
Pero si se habla de minas en esta región, es cuadrados de extensión, el Castillo de los
imprescindible referirse a Las Médulas, la Templarios es mucho más que una fortaleza.
que fue la mayor mina de oro a cielo abierto
de todo el Imperio Romano, allá por el año Su rehabilitación ha permitido sacar a la luz
20 a.C. con más de mil hectáreas. Pero antes gran parte de su riqueza arquitectónica y utili-
de llegar y en el camino, bien merece una visita zar parte de sus salas para actividades cultu-
el Castillo de Cornatel, del siglo X y antigua rales y exposiciones.
fortaleza de los Templarios, con espectacu-
lares vistas al valle del Sil. Los muy optimistas El presente de Ponferrada es consecuencia
todavía tratan de buscar pepitas de oro en Las de su papel protagonista desde principios
Médulas. No es tarea fácil porque los roma- del siglo XX, tras el descubrimiento y explo-
nos no dejaron ni una tras casi 200 años de ex- tación de las riquezas minerales de hierro y
plotación, aunque algunos expertos aseguran carbón, así como la instalación en 1949 de la
que todavía queda oro en Las Médulas pero central térmica de ENDESA, Ponferrada fue
ya no es rentable su explotación. El preciado
metal, tan ansiado por todas las civilizaciones
del planeta, hacía que los romanos hasta mo-
vieran montañas, literalmente. Este método de
extracción, al que Plinio El Viejo denominó
“ruina montium”, o sea “derrumbe de los mon-
tes” consistía en minar la montaña con galerías
y pozos, que después dejaban caer agua por
canales y acueductos desde hasta 300 kiló-
metros de distancia, para que así la presión
del aire comprimido y del agua actuara como
un explosivo, derrumbando la montaña desde
dentro. Sobre el aluvión derruido continuaban
arrojando agua, para arrastrar el lodo aurífero
a los canales de lavado, donde utilizando hojas
de brezo filtraban las pequeñas pepitas de oro.

Las Médulas nos ha dejado, siglos después,
uno de los paisajes más inquietantes y hermo-
sos de toda la península, un sabio contraste
de arcillas rojizas en picudos farallones y ver-
des vegetales, rodeado de castaños cente-
narios, lagunas, lagos, picos y galerías. Hoy,
este paraje cultural, fruto de la naturaleza y
la acción del hombre, es Patrimonio de la
Humanidad desde 1997 y merece que se le
dedique tiempo para descubrirlo y respeto, ya
que como todo paraje cultural, es muy frágil a

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